10 noviembre 2005

Consignas

Eran opinadores moderados para lo que ahora se estila. Sus nombres no los sé y bien poco importan, pero pocas veces he escuchado tan manifiesto el vicio de la informaciopinión hoy, que es la pura y degradante consigna en que se ha convertido. Allí se comentaba sobre la Comisión Nacional de la Energía, que había dado luz verde a la OPA que Cataluña ha planteado a España. Y se ponía en cuestión al organismo y en general a esa clase de entidades reguladoras o de fiscalización, probablemente con razón. Cuál era el argumento? que en la votación, cuyo resultado no convenía al interés del medio, los vocales designados por el Gobierno votaban -exclusivamente- por indicación del Gobierno lo que al Gobierno conviene y nunca por consideraciones de orden técnico. Y lo dijeron muchas veces. Bien. Pero lo que no dijeron ni una sóla es que los vocales designados por la oposición hicieron -y hacen- exactamente lo mismo que denuncian. Votar según la conveniencia política del partido que los designó y no por criterio técnico. Sin embargo este voto no es puesto en cuestión. No casa con la consigna.

04 noviembre 2005

Sobre la información

La información es algo demasiado serio como para dejarla en manos de periodistas. Esta frase no es mía pero no puede ser más certera. No creo que exista prensa que desinforme más que la española. Ni más prejuiciosa. Ni más vanidosa. Ni más inquisitorial. Ni con más complejo de watergate ni más conciencia de dossierismo -con perdón- y de ser peón en la partida del dinero y el poder.

Dos ciudadanos que leyeran regularmente durante tres años, pongamos, uno El Periódico y otro La Razón, acabarían por pertenecer a sociedades distintas y estancas. Y eso se acaba por notar. Después de uno de esos grandes debates parlamentarios el primero titulará: A. arrinconó a B.; y el segundo: B. arrincónó a A. Y no pasa nada. Una semana después el primero publicará una encuesta en la que aparezcan un 75% de ciudadanos que efectivamente ratifiquen que A. arrinconó a B.; en la encuesta del segundo un 75% de ciudadanos convendrá que B. arrinconó a A. Y no pasa nada. Antes de las elecciones la encuesta del primero dará claro vencedor al partido de A. La del segundo, incluso por mayor diferencia, dará el triunfo al partido de B. Y no pasa nada.

El día siguiente a una huelga general uno tituló Nulo seguimiento. El segundo El país se para. El acto central de la huelga fue una manifestación que convocó a 500.000 personas según uno y 75.000 según otro. Cambiado el gobierno y después de una nueva huelga general con, digamos, el mismo exacto seguimiento -el que fuera- las portadas se intercambian. Quien dijo que el país se había parado titulará 'nulo seguimiento' y el que tituló ésto informará de que 'el país se para'. ¿Pero esto hasta cuándo?

Siempre desde luego con juicios de catedráticos, juristas, historiadores, sociólogos, economistas y otros especialistas. Que por supuesto han antepuesto su prejuicio a su conocimiento y que convenientemente le han dado la forma justa que lo adapta a la consigna que toque.

Esó sí: ambos tienen manual de estilo, código ético e incluso para sus trabajadores hay una titulación universitaria -de aquí debe vernir el mal-.

Afortunadamente los estudios siguen diciendo que se lee poca prensa. Imagínense si todos leyeramos el periódico. No habría convivencia.

03 noviembre 2005

Medios del Episcopado

En el Congreso un diputado democristiano catalán apela desde su condición de creyente a la Iglesia para que tome medidas que pongan coto a la siembra diaria de insulto, denigración, odio y confrontación que se practica desde su emisora. Esta mañana escucho al vuelo en esa emisora cómo despachan al diputado poniendo en cuestión su condición de buen cristiano y trayendo a colación el brillo de su calva. Ahí es nada.

02 noviembre 2005

San Pedro y Al-Quaeda

Al asomarme esta mañana a un periódico cualquiera en lo que me sirven churros leo en una columna que Omar Shariff, el doctor Zhivago de David Lean, ha sido amenazado por Al-Quaeda por haber interpretado a San Pedro en una película. Será una broma, digo, esto que se presenta como otra de las caras del poliedro del mal, que cada día recuerda más a un cómic malo de la guerra fría. Poco a poco nos hemos ido acostumbrando a que bajo ese paraguas deforme de Al-Quaeda se digan y escriban las mayores estupideces, que al final no son sino el síntoma de la degradación de los fundamentos de nuestra inteligencia más que de nuestro sistema.