16 febrero 2006

Los Principios y Putin

Escucho a un predicador radiofónico afirmar que por fin en España vamos a tener unas horas de firmeza en la lucha contra el terrorismo. Las que dure la visita del ruso Putin, porque aquí en casa, ya se sabe, el Gobierno cobarde ha rendido el Estado a ETA.

Putin es ese hombre que en el debe de su 'firmeza' cuenta con ciento cincuenta muertos entre los espectadores del teatro Dubrovkna, ­secuestrados por chechenos cuando asistían a un musical y que fueron gaseados por las fuerzas rusas al tratar de gasear a los secuestradores, con la idea de que el gas seleccionaría sólo a los chechenos de entre todos los ocupantes de la plantea. Y que tiene en su cuenta los trescientos muertos entre los niños del colegio de Beslán sobre cuyas pequeñas espaldas se desplomó la escuela bajo el fuego de artillería ruso cuando no llevaban ni dos días retenidos también por chechenos. Se conoce que en Rusia no hay buenos negociadores, o que la escala de prioridades ante una crisis con rehenes al uso en cualquier Estado democrático allí está invertida. Hasta Fujimori esperó un mes antes de ordenar el asalto de la embajada japonesa en Lima, que había sido tomada con selectos rehenes del cuerpo diplomático por Sendero Luminoso. Y se hizo con un coste mínimo en vidas entre los secuestrados.

En una entrevista publicada con ocasión de su visita, Putin afirmó de los terroristas que 'había que matarlos como a ratas'. Y el predicador y su coro, gente de principios, como les gusta definirse, jaleaban aquéllo entre admirados y adheridos a su discurso. Y se choteaban, y no se imaginan cómo, de Rodríguez Zapatero. Qué cosas.

Ocurre que éstos de los principios son los mismos que desgarraron sus vestidura y cuerdas vocales con aquello del GAL ¿se acuerdan?, del “señor X”, los mismos a cuya moral repugnaban el crimen y los atajos empleados contra terroristas, y que un día sí y al otro también, y eran tiempos con decenas y decenas de asesinados cada año, llamaban asesino -y le siguen llamado- a aquel otro Presidente, González, precisamente del mismo partido que Zapatero.

A lo que se ve estos principios valen para todo. Para una cosa y su contraria. Siempre, claro, que sirvan para apuntar al mismo sitio. Créanme. No se engañen. Como lo dijo Sancho Panza, tal es: en verdad les suda el hopo. Todo. La firmeza, los principios, los valores, el terrorismo, sus víctimas, la legalidad, la ilegalidad, el catalán, la unidad de España -qué hartazgo-, la Constitución, la tarara y lo que se ponga por delante.

PD. Durante su visita, Putin anunció la conveniencia de establecer un diálogo con Hamás. Y les invitó a Moscú. Y ya no sé que dijeron los que celebraban lo de las ratas ante esta muestra de vergonzante claudicación, porque mi aguante no dá para tanto.